XCIII Aniversario de la SIEC Amados de Jehová

El domingo 24 de abril en nuestra amada Iglesia se llevó a cabo el aniversario nonagésimo tercero de la Sociedad Infantil de Esfuerzo Cristiano “Amados de Jehová”, quienes con mucho entusiasmo dieron gracias a nuestro Padre Eterno por haberles permitido celebrar un año de servicio en su haber como cristianos, realizando un Culto de Acción de Gracias a las 17: 00 horas. La predicación estuvo a cargo del Anciano Gobernante Abel Rodea Álvarez basado en el libro de los Números capítulo 15 de los versículos 37 al 47, que fueron las palabras de nuestro Dios, en relación con el cuidado y enseñanza de los hijos en la educación religiosa.

Poniendo en la mente de nuestros hermanitos las siguientes palabras, como a lo largo de los años se especializaban más en las Palabras de Vida, en preparación de una vida plena en comunión con nuestro Dios, sabiendo de antemano que la educación inicial corresponde a los padres de familia, quienes tiene el deber sagrado de enseñar a sus hijos el camino de vida.

Sabiendo que como Amados de Jehová, el Señor les procura y les cuida, pues de ellos es el reino de los cielos, de tal manera que no debemos ponerlos en poco, ya que nuestro mismo Salvador y Redentor mencionó que debemos ser como niños para recibir el reino de los cielos. Mostrando a lo largo de pasajes variados como el Señor tiene cuidado de ello y la responsabilidad de la Iglesia para discipularlos, de tal manera que cuando fueren viejos no se aparten del camino del verdad, tal y como lo escribe el proverbista Salomón, quien fue bendecido por Dios con la sabiduría divina.

Así como las palabras de la madre del Rey Lemuel, quien da consejos a su hijo, como deben hacerlo todas madres cristianas, pues hacemos compromisos ante el Padre, por lo que padres, Iglesia y hermanos tenemos la obligación de velar y orar por lo niños de nuestra Iglesia, sin escandalizarlos, pues son Joyas de Cristo.

La participación no se hizo esperar, mostrando la gratitud en sus corazones por un año más de servicio al Eterno, así como su Consagración, siendo el Presbítero Álvaro Santos Santos quien hizo la Oración de Gratitud.

Finalmente después de regocijarnos espiritualmente, en el Salón Social de nuestra Iglesia nos compartieron el alimento espiritual y un formidable pastel, mostrando nuestra Iglesia que somos hermanos mayores además de padres, quienes tenemos la gran responsabilidad de velar por nuestra infancia.

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