Siendo la eternidad una realidad, ya sea que se crea o no, se esté de acuerdo o en desacuerdo, lo cierto es que después de la muerte física existen dos lugares para pasar allí la eternidad. Estos lugares para pasar la eternidad son el infierno y el cielo, pero se decide el destino cuando se acepta o rechaza a Cristo como único y suficiente Salvador.
Dios y Satanás son los que están buscando habitantes para esos lugares, veamos:
Jesucristo le dijo a la mujer samaritana:
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores BUSCA que le adoren. Juan 4.23
Téngase presente que la búsqueda implica llamados del buscador hacia el que se quiere encontrar, por eso Jesucristo también aclaró sin lugar a dudas ante personajes que se consideraban la autoridad:
Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento. Juan 5. 31,32
El diablo, sí Satanás también está buscando, pero fíjese bien cuál es su propósito:
Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor BUSCANDO a quien devore. 1 Pedro 5.8
Si se deja encontrar por Dios pasará la eternidad con Jesucristo en la gloria, si no, querrá decir que lo encontró el diablo y lo devorará, o sea que pasará la eternidad en el infierno.
Desde luego que se puede evitar que sea el diablo el que lo encuentre, y eso se logra aceptando a Cristo como único y suficiente Salvador. No lo pienses más, el cielo y el infierno son realidad. Amén.