Honra a Jehová de tu sustancia, Y de las primicias de todos tus frutos; y serán llenas tus trojes con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. Proverbios 3. 9,10.
Si yo personalizo la lectura de esta Palabra, diría así: si honro a Jehová con mis bienes y con las primicias de todos mis frutos serán llenos mis graneros con abundancias y lagares rebosarán de mosto. Dios dejó en su Palabra, la fórmula para que seamos prosperados, para que alcancemos la provisión que Él tiene para nosotros sus hijos y que también de esta forma su obra crezca y se fortalezca. Es a través de las ofrendas, diezmos, primicias y pactos (votos).
Se nos dice que honremos a Dios con nuestra sustancia. Lo hacemos cuando diezmamos y ofrendamos, o cuando hacemos voto o pacto especial con Dios. Pero hay un énfasis en el texto con respecto a las primicias.
¿Qué son las primicias? Fue la primera relación que tuvo el hombre con Dios luego de recibir lo que la tierra le daba, reconocía la soberanía de Dios trayéndole lo primero y lo mejor de ella. Se demostraba así la fe en la sobreabundante provisión de Dios. Era símbolo de dependencia. “lo que tú me diste es lo que hoy te traigo.” “Porque todo es tuyo y lo recibido de tu mano te damos”. Era símbolo de que nada es nuestro y que todo pertenece al Señor.
Era la manera de manifestar lo que después la Ley estableció como el primero y más grande mandamiento: “amarás al Señor de todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”. Consagrar los primeros frutos y lo mejor de mis cosechas era demostrar que en mi corazón estaba primero Dios. Este corazón agradaba a Dios y eso lo bendecía.
Amados hermanos: hoy es día de entregar a nuestro Dios las primicias del comienzo del presente año. Pidamos al Señor que se agrade de lo que le entregamos como parte de lo mucho que Él nos da.