Se acerca la Semana Santa y con ella se acerca también la llamada Cuaresma, en la que la Iglesia Católico Romana llama a sus allegados a no comer carne los días viernes a partir del próximo miércoles 1º de marzo y hasta terminar la Semana Santa. Y fue la gota que derramó el vaso en Zurich.
En 1522, el impresor de la ciudad de Zurich en Suiza era Christopher Froschauer. En aquella época ser el dueño de la imprenta era sinónimo de ser una persona prestigiosa, con recursos, influencia y poder, en resumen era un ciudadano respetable. Christopher Froschauer, así como sus aprendices y ayudantes habían estado muy ocupados terminando una nueva edición de las epístolas de San Pablo y querían celebrar el haber concluido su labor, así que decidieron que para la cena se sirvieran salchichas.
Bueno, eso no parece nada relevante a menos que consideremos que el día que iban a celebrar era viernes y era durante la llamada Cuaresma, así que esta cena estaba prohibida por las leyes de la Iglesia Romana que impide comer carne durante los viernes de la cuaresma. Así que, tenemos a Christopher Froschauer, un ciudadano respetable de la ciudad, invitando a cenar salchichas al sacerdote de la ciudad que era ni más ni menos que Ulrich Zwingli. Y así es como una cena de salchichas causó gran revuelo al grado que se le considera el evento que da inicio a la Reforma en Zurich.
Tras aquella cena, Zwingli subió al púlpito de la Grossmunster (la Gran Iglesia) y predicó un sermón titulado “Sobre la elección y libertad de la Comida”. En su sermón, Zwingli tenía un argumento muy simple: La cuaresma no es bíblica. Simplemente no se puede encontrar en ninguna parte de la Escritura nada de toda esta serie de restricciones que la Iglesia imponía sobre el pueblo. Y no sólo es la Cuaresma sino todas aquellas regulaciones y rituales construidos alrededor del evangelio y que se les consideraba meritorios para ganar el favor de Dios o de alguna manera justificarse delante de Él.
Pero Zwingli dice: Esto no está en la Biblia. Y en ese sermón dirige a su congregación hacia el Señor Jesús, hacia un texto bíblico en Mateo 11:
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Zwingli, exponía el poder liberador de la Palabra de Dios.
Tras aquella cena de salchicha y del sermón, las cosas se precipitaron rápidamente en Zurich, las autoridades católicas y el Consejo de la ciudad condenaron la violación de la Cuaresma pero se levantó una gran polémica en la que toda la ciudad se vió envuelta. Al año siguiente, se celebró en Zurich la primera de las Disputas, en las que el Consejo, ante la polémica suscitada, convocó a teólogos católicos y teólogos que buscaban la Reforma para debatir, sin embargo no se trataba solamente de un debate sino que al final de los mismos el Consejo votaría sobre cuál de las posturas podría seguirse enseñando en la ciudad. Esto sucedió el 29 de enero de 1523 y hubo una segunda Disputa el 26 de octubre de ese mismo año. En ambos casos el resultado de la votación del Consejo favoreció a Zwingli y Zurich se convirtió en una ciudad que apoyaba a la Reforma.
Esto fue crucial por que Zurich fue la primera de las ciudad de Suiza que se convirtieron a la Reforma, tras Zurich vino Basilea y luego Ginebra, donde Calvino realizó su pastorado y luego la Reforma se extendió por toda Suiza; y al inicio de todo esto: la Cuaresma, las salchichas y por sobre todo, la Biblia con las palabras del Señor: “Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.”
Los efectos de la Reforma se hicieron sentir de inmediato en aquella ciudad: Se cancelaron las misas y en su lugar se llevaron a cabo servicios en alemán, la cena del Señor se realizaron sentados a la mesa con copas de madera, se cancelaron las procesiones del domingo de palmas, los confesionarios se mantuvieron cerrados y se quitaron todas las imágenes de los templos.