El inicio de año, además de reflexiones y resoluciones nos enfrenta a una realidad: Que para lograr sus propósitos tiene usted que empezar. Pero la tendencia natural es empezar… mañana…, las dietas, el ejercicio, los cursos tendemos a retrasar el inicio de las actividades y a veces nos justificamos argumentando que las condiciones no son las ideales. La procrastinación, que así se llama ese vicio de no hacer lo necesario sino posponerlo; es muy frecuente.
Procrastinar,
¡Ah, qué grande mal!
Sé que algo debo hacer
para dejar de posponer
y así del tiempo tener provecho
pero… lo haré mañana de hecho
Ya pasó una semana del 2017 y por un lado le invito a que todos sus propósitos y buenos deseos estén ya en marcha, o en planeación pero que no se queden en el mundo de las ideas solamente sino que sacuda su vida para que en el nombre de Dios inicie con ánimo y determinación sus propósitos.
Por otro lado, en cuanto a metas que tienen que ver con su santificación, con la manera en que de manera consciente buscamos que nuestra vida sea más cercana a Dios, puede suceder lo mismo que con nuestras metas. Nuestras justificaciones son similares, “Ya no empecé a leer la Biblia esta semana, mejor inicio la que viene para que sea la semana completa” o bien “ ya no fui al templo este jueves, mejor en febrero empiezo a ir para que sea todo el mes”. Lamentablemente todos sabemos cómo acabarán todos esos buenos propósitos… a menos que empiece ahora.
Orar, estudiar la Biblia, asistir al templo no son sólo buenos propósitos son medios a través de los cuales Dios nos da de su gracia porque nos permite escuchar la voz de Dios. Realmente, al posponer nuestro aprovechamiento nos estamos perdiendo de enormes beneficios.
Le invito para que no demoremos más en empezar, puede que tenga que hacer algunos ajustes en su vida pero es necesario, esta reflexión también nos llevará a poner las cosas más importantes primero…
Que Dios le permita iniciar y perseverar en todos sus propósitos para este 2017.