La Reforma en Escocia

Dentro de los países que acogieron la Reforma, Escocia resulta de especial interés para nosotros como presbiterianos, ya que, aunque había distintos tipos de presbiterianismo en Inglaterra (algunos “puritanos”) e Irlanda (hoy Irlanda del Norte), es en Escocia donde el presbiterianismo tomó tanta fuerza que se convirtió en la Iglesia oficial.

El inicio de la Reforma fue mal visto en Escocia. En 1525, El Parlamento Escocés llevó a cabo el siguiente acuerdo:

Es un estatuto y ordenanza que, por las tantas opiniones condenables y herejías que están propagándose en diversos países por el hereje Lutero y sus discípulos, y que este reino y sus linajes han persistido en la santa fe desde que la recibieron por primera vez y que nunca han admitido opiniones contrarias a la fe cristiana, sino que siempre se han hallado limpias de tales vicios y errores. Por esto, que ninguna forma o persona, extranjera, que llegue con sus naves dentro de cualquier parte de este reino se le permita traer con ellos ningún libro o trabajo del mencionado Lutero y sus discípulos.

El acuerdo continúa diciendo que si la persona es sorprendida en posesión de cualquiera de estos libros, su nave entera será confiscada y los dueños de dichos libros serán arrojados en prisión.

Esa es el acta del Parlamento de Escocia en 1525, diciendo con toda claridad “Escocia es Católico Romana, ha sido así, es así y siempre será así”. Bueno, pero parece que lo que el Parlamento escocés no consideró es que las ideas de Lutero no vendrían de un extranjero sino de un escocés, Patrick Hamilton.

Patrick Hamilton era de una familia noble, fue a estudiar a París donde escuchó las ideas de Lutero en 1520. Regresó a Escocia y comenzó a enseñar las ideas de la Reforma predicando y a través de un pequeño libro que tituló: “Los lugares de Patrick” donde desarrolla un supuesto diálogo entre la Ley y el Evangelio, poniendo énfasis en las diferencias entre la Iglesia Católico Romana y el verdadero Evangelio.

Estos escritos no pasaron desapercibidos. El Arzobispo acusó a Patrick de herejía, pero Patrick alcanzó a huir a Alemania y mientras estuvo ahí se reforzó su vocación por la Reforma y decidió regresar a Escocia en 1527. Volvió a predicar aun a sabiendas que pesaba una acusación en su contra y que de hacer notoria su predicación sería fácilmente arrestado con una condena de muerte segura. El 28 de febrero de 1528 fue quemado en la hoguera, pero este evento marcó el inicio de la reforma en Escocia, una Reforma forjada sobre el sufrimiento y la persecución.

Tras Patrick Hamilton, George Wishart es quien saldrá a luchar por los ideales de la Reforma y al igual que Hamilton será muerto en 1546. Pero su labor será retomada por uno de sus discípulos que hacía las veces de su guardaespaldas: John Knox.

Otro de los mártires fue Walter Milne, un ministro de 82 años que fue juzgado por el tribunal eclesiástico como hereje y condenado a morir en la hoguera . En aquella época de 1558 casi nadie llegaba a los 80 años, y más aún quienes lo hacían llegaban con un sinnúmero de enfermedades y dolencias; este era el caso de Milne quien, de acuerdo a los registros de testigos de la época subió a la hoguera con mucho trabajo para finalmente ser atado en la hoguera. Mientras encendían el fuego, Milne tuvo aún las fuerzas suficientes para declarar:

Tengo 82 años y no viviría mucho más como es natural, pero de las cenizas de mis huesos saldrá aún un ciento de hombre mejores que yo.

Las cosas cambiaron rápidamente y para 1560 la Reforma ya se había establecido con firmeza en Escocia. En 1574, catorce años después que Milne fuera quemado, había 500 predicadores del Evangelio registrados en Escocia. Esto nos debe recordar que necesitamos depender de Dios, de su control incluso cuando las cosas no vayan bien. Nos debe recordar que el Evangelio prevalecerá y que ni las puertas del infierno podrán detenerlo.

Adaptado de 5minutesinchurchhistory.com “The Scotish Reformation” por Dr. Steven Nichols, 29 de enero de 2014.

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