Estimados hermanos, Dios en su bendita Palabra nos dice cuál y cómo debe ser nuestro vivir, Él ha puesto las reglas, las ha establecido, lo que nos restaría sería seguirlas, y seguirlas siempre nos traerá bendición.
A su pueblo dijo: Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. Deuteronomio 28.2. También les dijo: Si oyeres diligentemente la voz de tu Dios para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos, … también Jehová tu Dios te pondrá en alto y vendrán sobre ti todas estas bendiciones. Y enumera una lista de bendiciones para su pueblo Israel, que se extienden también para nosotros. Dios quiere que estemos en unidad, como un cuerpo sin distraernos en cosas que no edifican. En diferencias, rencores, distanciamientos, ya que nada de esto podrá traer sobre nosotros bendición, ya sea en lo personal, en familia o como Iglesia.
Dios espera un compromiso nuestro, fidelidad, completa confianza en Él, en sus promesas. Dios en su máxima demostración de amor dio a su Hijo, el Unigénito, para que pudiéramos tener vida eterna en Él.
Y si el oír la voz de Dios con diligencia nos trae bendición, el no escucharla, ¿qué trae a nuestras vidas?