No basta que el hombre quiera, no bastan las intenciones, no basta un sobre esfuerzo. El hombre aún en la empresa más pequeña necesita de Dios. Cuando Gedeón luchó contra los madianitas se juntó con él un número grande para luchar y Dios le dijo:
Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo dé a los Madianitas en su mano: porque no se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Jueces 7.2
Y el número de ellos descendió hasta llegar a trescientos hombres en las manos de los cuales Dios entregó a los madianitas. El hombre tiende a confiar en sus propias fuerzas, nosotros como cristianos sabemos que es Dios quien está a nuestro lado siempre, que no nos bastamos nosotros mismos. Cuando la carga que llevamos a cuestas es grande Dios nos dice: Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Salmos 55.22
Es Dios quien siempre nos sostiene, en su Palabra dice: El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas… Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40.29,31. También nos dice: No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41.10. Recordar esto nos puede alentar si estamos viviendo tiempos difíciles, o reconocerle si hemos librado una gran batalla, porque Dios está con nosotros.